sábado, 21 de mayo de 2016

El terrible cáncer de los perros que se esparció por el mundo.
Un perro doméstico muestra señales de un tumor venéreo
Los perros, junto al demonio de Tasmania son los únicos mamíferos en el mundo que sufren un cáncer transmisible. El de los canes se contagia generalmente durante el apareamiento, lo sufren tanto machos como hembras y deforma horriblemente los genitales. La enfermedad surgió por primera vez hace aproximadamente 11.000 años  a partir de las células de un único individuo, que antes de morir transmitió el mal a sus congéneres. Este tumor venéreo se encuentra ahora en perros de todo el mundo, debido a que los humanos llevaron a sus mascotas en sus viajes, y tiene el dudoso honor de ser el más antiguo y prolífico conocido en la naturaleza. Ahora los investigadores saben cómo y cuándo se propagó.
En un estudio  publicado recientemente en la revista eLife, un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Cambridge ha estudiado el ADN de las mitocondrias -la fuente energética de nuestro organismo- en 449 tumores de perros en 39 países de seis continentes. Una investigación anterior había demostrado que en puntos ocasionales en la historia, el ADN mitocondrial se había transferido de los perros infectados a sus tumores, y por lo tanto a las células tumorales en los perros infectados posteriormente.
En el nuevo estudio, los investigadores muestran que este proceso de intercambio de ADN mitocondrial se produjo al menos cinco veces desde que surgió el cáncer original. Este descubrimiento ha permitido crear un «árbol genealógico» evolutivo, que muestra cómo los tumores están relacionados entre sí. Además, la yuxtaposición inusual de diferentes tipos de ADN mitocondrial en la misma célula de forma inesperada reveló que las células cancerosas pueden barajar o «recombinar» ADN de diferentes mitocondrias.
«En cinco puntos temporales diferentes en su historia, el cáncer 'ha robado' el ADN mitocondrial de su huésped, tal vez para ayudar a que el tumor sobreviva», explica Andrea Strakova, del Departamento de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cambridge, una de las autoras principales del estudio. «Esto nos proporciona un conjunto de etiquetas genéticas únicas para rastrear cómo los perros  han viajado por el mundo en los últimos cientos de años».
De esta forma, los investigadores fueron capaces de ver cómo el cáncer se propagó por todo el planeta. La distancia y la velocidad con la que se extendió sugieren que los perros viajaban de forma habitual con compañeros humanos, a menudo por mar.

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